19 jul 2010

2

Los chicos con los chicos, las chicas con las chicas

Cuando yo tenía 10 años éramos mucho de hacer esta separación de los chicos por un lado y las chicas por otro. Al cumplir los 14 años nos daba un poco de vergüenza, pero te acercabas a hablar con las chicas porque te gustaba una u otra. Cuando se organizaban los bailes de la catequesis y te tocaba bailar una lenta, apoyábamos la cabeza en el hombro de la chica y lo presumíamos al día siguiente con los colegas. Ya a partir de ahí, de vez en cuando te gustaba salir con los colegas para hablar de cosas de hombres, fútbol, coches y tías buenas; pero lo habitual era el salir de jarana en grupos de chicos y chicas tos revueltos y de repente apartarte con algún colega para comentar alguna cosa puntual.

En México esta evolución es bastante similar, sin embargo es de llamar la atención que al pasar el tiempo y dejar los años mozos de lado, se da una especie de involución (toma palabro) y esta separación se vuelve a desarrollar. Muchas veces me ha tocado estar en reuniones de compañeros de trabajo o colegas, así como en reuniones familiares o de vecinos, todas ellas de manera distendida con la única intención de pasar un rato agradable, bien sea en compañía de unas cervezas o una carne asada, pero sobre todo, de una buena conversación. Lo curioso del asunto es que aun estando en el mismo local o la misma casa, incluso en la misma habitación; es común que las conversaciones queden divididas en dos grupos, por uno las mujeres y por otro los hombres. Alguna vez que me he percatado de esta situación, he hecho lo posible por empatar las conversaciones para volverlas en un solo grupo, particularmente cuando estás en la misma habitación, pero la gente como que se siente sorprendida y en pocos minutos vuelve a darse esta segregación de género.

En prácticamente cualquier reunión familiar, las mujeres suelen estar en la cocina y los hombres en el patio. Si la reunión es una celebración de trabajo, los hombres terminan en el taller y las mujeres en la oficina o, si no hay taller, las mujeres en la zona cercana a la cocina y los hombres en el área general. Esta segregación se da especialmente cuando hay comida de por medio ya que, prácticamente todas las celebraciones suelen ser carnes asadas; en ellas los hombres se encargan de echar la carne al asador, y las mujeres de preparar las salsas y demás viandas. Ocasionalmente la persona de uno de los bandos puede ir a la zona donde están las del otro género, pero solo a pedir algo que no haya en la zona donde el primero esté, o a hablar con su pareja de algún aspecto personal. Incluso en casos donde solo hay dos parejas en una sala, la conversación casi siempre terminará de las mujeres por un lado y los hombres por otro.

En caso de haber niños, estos suelen andar corriendo por todos lados, tirando la cerveza de su padre y desquiciando a su madre por pasar cerca del sartén con aceite hirviendo. Solamente alguna pareja de novios de reciente adquisición (vamos, que tienen poco de ser novios) permanecen juntos en terreno neutral, aprovechando algún descuido del personal para soltarse un beso o, en cuanto pueden, hacer mutis por el foro y pirarse al motel mas cercano.

2 Rincomentarios:

Margarita dijo...

Hola Santy... Me encontré tu blog en el concurso de 20 Minutos y me ha gustado, porque siendo mexicana -residiendo ahora en tu natal España- me has hecho recordar mucho de mi tierra. He disfrutado algunos de tus post, por la forma cómo plasmas lo que percibes de nuestra cultura. Lo mismo me pasa a mi en tu tierra, encuentro cosas diferentes y trato de plasmarlas también en un blog colectivo que tenemos vari@s mexican@s que vivimos fuera y dentro de México llamado www.reporterasdeguardia.com
Escribimos, entre otras cosas, de lo que vamos descubriendo en la nueva cultura que vivimos, pero también abordamos temas de actualidad.
En relación a este post de "las chicas con las chicas....", tienes razón, eso tiende a darse mucho en nuestra cultura, aunque yo también lo percibo acá, pero quizá se acentúa más en México.
En fin que aparte de hacerme recordar cosas cotidianas de mi cultura, me ha parecido amena la forma cómo la transmites.
Saludos.

Mexiñol dijo...

Gracias por el comentario Margarita, me suena que ya he visitado en alguna ocasión vuestro blog