El patio de mi casa es particular

El otro día describí el asunto inmobiliario mexicano desde mi particular punto de vista, ahora voy a profundizar un poco en el tema del patio, mas que nada p´a dar envidia a los dos lectores que estais en Europa viviendo en un sexto piso. Pero sobre todo, a los que disfrutais de nieve en invierno.

Como ya comenté, tenemos en la parte posterior un patio que en ocasiones puede ser pequeño y usarse como simple trastero al aire libre (así que lo que ahí guardes está expuesto al las inclemencias) o tener un tamaño aceptable como para llevar una convivencia familiar. Algunos deciden ponerle hierba y florecicas, otros lo "pavimentan" (ponen una capa de cemento para que no haya tierra ni hierba) eliminando el tener que cuidar el jardín y sobre todo evitar las hormigas y otros animalillos, una tercera opción es combinar ambos, una parte la "pavimentas" la otra la dejas con jardin, pones baldosa en el suelo, en fin, todo depende del gusto (y presupuesto) de cada uno. Otros simplemente amplian la casa y eliminan el patio.

En general una casa mexicana que se precie de serlo, debe contar con asador, no importa si este está hecho de concreto como parte de la decoración del propio patio o si compraste en la tienda uno portatil, debes tener asador (casi casi por ley). Si no lo haces así te estás perdiendo de uno de los mayores placeres de vivir en México (que como es de placentero debe ser pecado mortal)

Cualquier oportunidad es buena para celebrar, la mas común San medalagana, y muchas veces entre semana mismo, cuando uno llega a casa del currelo y tiene ese pequeño antojo, puede meter un par de carbones al asador y ponerse unas costillitas asadas, unas salchichas, o unas simples piernas o alitas de pollo. Y gracias al clima no importa si estamos en agosto o en diciembre, si el tiempo acompaña, y el patio es lo suficientemente grande, pues se come (o cena) en el patio, sino, pues p´adentro, la cosa es disfrutar del asador, que siempre debe estar listo y con una bolsa de carbón a la mano que es vendida exprofeso en cada tiendita de la esquina.

Claro como los patios son muy comunes no te quejes si el sábado tu vecino tiene una parranda hasta altas horas de la madrugada con ruido, risas y sobre todo música a toa pastilla, ahora que lo peor son los olores a carne asada, que ya desde el momento en que empiezan a poner el carbón, te llaman cual si de dibujo animado se tratara (¿Te acuerdas de Tom y Jerry volando tras una nubecita blanca con forma de mano?). Ante ello tienes varias opciones. Hacer parranda en tu casa. Llevarte bien con el vecino para que así te invite a su parranda. Irte a casa de algún familiar o amigo que vaya a organizar una carnita asada, o irte a vivir a otro país.